Cuando te conviertes en padre, una de las decisiones más importantes que debes tomar es sobre el lugar donde dormirá tu bebé. Esta es una preocupación común entre los padres primerizos, y es natural querer tomar la mejor decisión para garantizar la seguridad y el bienestar del pequeño. Según la Academy of Pediatrics (AAP), lo más recomendable para tu recién nacido es que duerma en su cuna, moisés o en un colecho seguro, pero en la misma habitación que ustedes durante los primeros seis meses de vida, e incluso en algunos casos, este periodo puede extenderse hasta el primer año.
El compartir habitación tiene muchos beneficios. En primer lugar, permite a los padres responder rápidamente ante cualquier necesidad del bebé, ya sea hambre, incomodidad o simplemente una necesidad de contacto. Además, facilita la lactancia nocturna, lo que puede ser un gran alivio para las madres, ya que no tendrán que levantarse y desplazarse a otra habitación varias veces durante la noche. También brinda tranquilidad, ya que puedes verificar de manera constante el bienestar del bebé, reduciendo el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL).
En conjunto, estos beneficios hacen que compartir habitación sea una opción recomendable para los primeros meses de vida del bebé, contribuyendo a un entorno de descanso más seguro y confortable para toda la familia.
El espacio donde duerme tu bebé debe ser seguro y adecuado para sus necesidades. La cuna o moisés deben ser amplios y estar libres de almohadas, cobijas y peluches, ya que estos elementos pueden representar un riesgo de asfixia. El colchón debe ser firme y estar cubierto con una sábana ajustada que se mantenga en su lugar. Además, asegúrate de que la cuna esté ubicada en un lugar donde el bebé esté protegido de corrientes de aire, pero que tenga una buena ventilación.
A medida que tu bebé crece y comienza a desarrollar más movilidad, es decir, puede voltearse boca arriba y viceversa, es posible que te preguntes si es el momento de trasladarlo a su propia habitación. Esta decisión depende de muchos factores, incluidos los hábitos de sueño del bebé y tus propias preferencias. Si decides hacer la transición, es importante que esta se realice de manera gradual. Puedes comenzar haciendo que el bebé pase siestas en su propia habitación para que se acostumbre al nuevo entorno. Crear una rutina de sueño consistente también puede ayudar en este proceso.
Es importante recordar que, aunque muchos padres disfrutan de compartir la habitación con su bebé, el descanso del bebé suele ser mejor cuando duerme de manera independiente. Esto se debe a que los adultos suelen hacer ruidos al dormir, lo que puede interrumpir el sueño ligero del bebé. Si introduces rutinas de sueño saludables y haces la transición de manera progresiva, tu bebé puede aprender a dormir solo, lo que favorecerá su independencia y bienestar.
La seguridad y el bienestar de tu bebé deben ser siempre la prioridad a la hora de decidir dónde dormirá. Independientemente de si decides que duerma en tu habitación o en la suya propia, asegúrate de crear un entorno seguro y cómodo. Un ambiente que sea propicio para el sueño, con sonidos relajantes y una rutina consistente, ayudará a tu bebé a dormir mejor y a sentirse seguro.
Si quieres ampliar más esta información, te invitamos a que veas, no solo este video, sino todo el contenido que tenemos con respecto al sueño de tu bebé. Infórmate, edúcate y actúa para garantizar el mejor descanso posible para tu pequeño.
Esta información ¿Dónde debería dormir el bebé? ha sido elaborada bajo las respectivas recomendaciones de la Bechira Moussa Mentora en sueño infantil.
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