En sus primeros meses, los bebés aún tienen órganos muy inmaduros para desarrollar algunas funciones, por ejemplo, solo hasta los 6 meses los bebés adquieren la capacidad de respirar por la boca, antes de este tiempo solo pueden hacerlo por la nariz.
Por esta razón, deberás ayudarle a despejar sus vías respiratorias haciendo una limpieza nasal cada vez que se necesario, pues tenerlas obstruidas influirá negativamente en su alimentación efectiva y sueño adecuado. Esta es una práctica segura y no tiene ninguna contraindicación, la puedes realizar cuantas veces sea necesario.
Generalmente se recomienda hacer la limpieza nasal antes de la toma de leche o antes de dormir.
Acuesta a tu bebé boca arriba y gira su cabeza hacia un lado. Después introduce el líquido con presión por la fosa nasal que queda hacia arriba, posterior a esto, gira su cabeza hacia el otro lado y repite el procedimiento.
Utiliza el papel higiénico o pañuelito suave para limpiar la cara de tu bebé.
Sienta a tu bebé dándole apoyo a su cabeza con tu mano, e inclínalo ligeramente hacia adelante. Con la jeringa toma la cantidad adecuada de solución salina y apunta directo a su fosa nasal, debe ser un movimiento rápido y ágil. Finalmente, toma el pedacito de papel higiénico, enróllalo de forma que puedas introducirlo levemente en sus fosas nasales para así limpiar la mucosidad que queda dentro de su nariz.
Ten en cuenta:
Esta información ha sido elaborada bajo las respectivas recomendaciones de la Doctora Natalia Páez Pediatra, asesora de lactancia y BLW-BLISS.
DRA. NATALIA PÁEZ
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