Uno de los errores más frecuentes que cometemos como padres es exponer de manera precoz a la tecnología y contenidos digitales para nuestros hijos. Puede parecer inofensivo y es un método aparentemente eficaz para captar su atención y mantenerlos entretenidos. Sin embargo, es una práctica que no se recomienda hasta cierta edad y ante la cual deben ponerse límites en cuanto a tiempo y tipo de contenido, de lo contrario, podrían ser mayores sus prejuicios que ventajas.
Nos encontramos en la cuarta revolución industrial: la era de la tecnología (Big Data, inteligencia artificial, impresiones 3D y robótica). Esta realidad nos plantea un nuevo paradigma productivo y toca las dimensiones de la ética, la política, la educación, la salud entre otros. La nueva generación de niños, la generación Z o Linksters están inmersos desde que nacieron en herramientas digitales como por ejemplo: videojuegos, teléfonos inteligentes, tablets, ordenadores y lo que ello implica, nuevas maneras de relacionarse a través de redes sociales, tener al alcance de un click toda la información (de buena calidad, de mala o perjudicial) y como todo, tiene cosas maravillosas y otras dramáticas.
Entre las ganancias que nos trae la tecnología es que rompemos barreras de tiempo y distancia, estamos en contacto de manera eficiente con gente que amamos, tal es el caso de niños que viven lejos de alguno de sus padres y pueden verse en tiempo real y mantener su vínculo emocional. Los niños tienen acceso a aplicaciones y videojuegos interesantes y de muy buena calidad, que pueden estimular su desarrollo, sus habilidades atencionales y cognitivas y que, ante todo, tenemos al alcance información, bienes, servicios, educación, personas, etc., de manera casi inmediata y eficiente.
Sin embargo, debemos tener presente que investigaciones en neurociencia ya evidencian el impacto negativo de la tecnología y las redes sociales en los niños y adolescentes relacionados con su uso inadecuado, uso perjudicial, abuso o dependencia.
La era digital, llegó para quedarse y puede ser muy útil, pero es importante que tengas en cuenta algunas recomendaciones para acompañar a tus hijos en el aprovechamiento y buen uso de la tecnología en casa.
Hace referencia a no seguir las normas y los límites de convivencia y educación estipulados en casa o en el colegio; por ejemplo, utilizar el celular mientras comemos en la mesa, comer frente a pantallas, sacar un celular en clase, jugar un videojuego o chatear mientras estamos en clases virtuales, entre otros.
Es vital poner normas en casa, anticipadas, evidentes, consecuentes y según la edad y etapa de desarrollo de los niños, que les indique cómo darle buen uso a la tecnología, dispositivos, videojuegos y redes sociales.
Hace referencia a el uso excesivo de dispositivos, videojuegos, televisión y redes sociales tendiendo las siguientes consecuencias
3. El enfoque visual en las pantallas produce la pérdida de visión periférica necesaria para la planeación motora, la coordinación y el movimiento.
4. El sedentarismo que ocasiona los videojuegos, TV y la hiperconexión, genera problemas de desarrollo motor grueso y fino, aumento de peso y problemas metabólicos.
5. El exceso de información, la falta de desarrollo y uso de habilidades cognitivas como la resolución de problemas, el pensamiento crítico y el pensamiento en perspectiva, reduce la creatividad.
6. La hiperconexión nos aleja de la vida social real, que implica una comunicación de banda ancha con gestualidad, expresión corporal, tono emocional, energía y sintonía y vamos perdiendo habilidades sociales, empatía, tolerancia y generosidad.
7. La estimulación visual excesiva desarrolla trastornos de atención y adicción. El “ruido digital” hace difícil el desarrollo de habilidades de autorregulación y se ven comprometidos los circuitos de recompensa lo que conduce a comportamientos impulsivos.
8. Algunos videojuegos son muy violentos y generan pérdida de la empatía al igual que se desensibilizan ante el dolor y la muerte de otros.
9. Sin supervisión, los niños pueden tener acceso a pornografía o ser víctimas de ciber acoso, extorsiones o ser invitados a participar en desafíos, retos que ante su vulnerabilidad puede ocasionar confusiones, miedos, traumas y suicidios.
Ya la psiquiatría reconoce el trastorno de adicción relacionado con el uso de elementos digitales y las redes sociales. La velocidad en que da respuesta las herramientas digitales y la necesidad de estar conectado en redes sociales, ser vistos, tener likes, o tener un teléfono a la mano, mantiene el sistema de recompensa (zonas subcorticales) estimulados permanentemente tal como el azúcar.
Dejar su uso, muchas veces genera ansiedad y síndrome de abstinencia. De tal modo que la exposición debe ser moderada y aprovecharla cuando realmente tenga un uso oportuno necesario y suficiente. Es necesario enseñarle al cerebro cuándo parar, y en el caso de los nuños, que aun están en desarrollo y aun no han desarrollado esta capacidad, es responsabilidad de padres y cuidadores poner límites de tiempo, espacio, necesidad y disfrute.
Esta información ha sido elaborada bajo las respectivas recomendaciones de Juanita Boada, Coach logoterapeutico, Consultora en Educación y conferencista en temas de Crianza y Educación.