Aunque la lactancia es un proceso natural e instintivo, lograr un agarre correcto requiere información y práctica. Un acople correcto del bebé al pecho al momento de amamantar hará que sea una experiencia confortable para ambos, garantizará una correcta transferencia de leche y, por lo tanto, una alimentación efectiva, además, evitará que mamá sufra complicaciones como grietas o dolores en los pezones.
Elige la posición que desees, en la cual te sientas más cómoda y puedas permanecer mucho tiempo sin cansarte. Posturas para amamantar hay muchas, pero no todas funcionan para todas las mujeres.
Tu espalda debe estar apoyada, columna recta, tus pies deben tener un soporte.
En relación a tu bebé, verifica que hay una alineación de la columna, la nuca y la cabeza, nunca debes permitir que gire solamente la cabeza hacia el seno, todo su cuerpo debe estar en la misma dirección.
Tampoco debes sostener la cabeza del bebé durante toda la toma, sujétalo por su nuca mientras mama.
Estos son los indicadores de que tu bebé se encuentra correctamente acoplado a tu pecho:
Una vez has puesto a tu bebé a mamar, notarás que empieza a succionar muy rápido, es su manera de hacer que la leche empiece a salir. Una vez la leche fluye, el ritmo se hace más lento y se establece un patrón de respiración regular, haciendo pausas para tragar.
Debes sentir la lengua de tu bebé por debajo del pezón haciendo un movimiento ondulatorio, esta es la manera en que tu bebé estimula las glándulas para hacer que salga la leche. Por lo tanto, el pezón debe quedar en la parte de atrás de su boca, no debes sentir que tu bebé lo «chupa» pues además de ser doloroso, significa que no está estimulando las glándulas y la leche no está saliendo.
Las mejillas de tu bebé deben verse redondas y llenas durante la toma.
«Agarre del bebé al pecho en la lactancia materna» ha sido elaborado bajo las respectivas recomendaciones de la Doctora Paula Solano Pediatra y asesora de lactancia.
DRA: PAULA SOLANO
INSTAGRAM: @drapaulasolanopediatra