El tiempo que tus hijos necesitan

Es una pregunta que seguramente ronda en tu mente desde que te convertiste en madre, y viene acompañada por la angustia de querer hacer lo mejor, pero con la gran excusa de que los niños vienen sin manual.

¿Calidad o cantidad de tiempo para mis hijos?

Con el peso de ese maravilloso regalo que recibes al convertirte en mamá, sabiendo que las consecuencias solo fueron positivas, empieza la tarea de “lidiar” con ser una profesional. Convencida de la necesidad de ser productiva, aportar económicamente a la casa, ser independiente, ser ejemplo de trabajo y progreso para tus hijos y a la vez tener tiempo para ser una “excelente mamá”.

El tiempo no alcanza y los horarios parecen imposibles

Las madres de esta generación se educaron en el colegio con la ilusión o presión de ser unas grandes profesionales; ojalá con posgrado, un master, manejar mínimo dos idiomas y competir en el mercado laboral con los hombres. La cuestión surge en cómo acomodar en ese libreto, el hecho de que también debes ser la misma mamá que tuviste, con un hogar organizado, resolviendo las mismas labores de casa, y además, darles el mismo tiempo a tus hijos, sumado a que hoy en día tienen un contexto más complejo.

“Colombia es el país con mayor porcentaje de niños creciendo SIN sus padres”. (El Universal, Cartagena, 7 de Julio 2013).

La elección del colegio ahora es una carrera y competencia por lograr un cupo en un proceso de admisiones, la contaminación, las nuevas enfermedades y los nuevos diagnósticos son una gran preocupación ante los que hay mil posibles tratamientos o soluciones. Esto sin mencionar que más o menos el 40% de los niños en etapa escolar se encuentran en algún tipo de terapia. Esta nueva generación de niños que además de tener características bien diferentes en su desarrollo, su conducta y sus habilidades, tienen que enfrentar mayores retos externos.

¿Qué hacer entonces? ¿Cuánto tiempo necesitan nuestros hijos con nosotros?

El apego sano

Hay teorías de desarrollo y pedagogía muy valiosas que nos hablan de la necesidad de un apego sano entre el niño y su madre (John Bowbly 1907-1990).

El apego fortalece su autoestima y seguridad a través de una estrecha relación con su madre, quien se dedica amorosamente a suplir sus necesidades y posteriormente, lo acompaña a enfrentar los retos que su desarrollo psicológico y físico le van ofreciendo.

El apego necesita TIEMPO: El apego no se construye a distancia, no es una frecuencia del amor. El apego se construye mientras alimentas, bañas, duermes, juegas, le cantas, lo cambias, arrullas a tu bebé.

El apego se construye cuando reaccionas ante las necesidades inmediatas de tu hijo/a, las cuales no tienen horario, no suceden después de las 6:00 p.m. o los domingos en la tarde. La independencia y seguridad se construyen con la lectura minuciosa de las capacidades de los niños que demuestran que ya pueden hacerlo por sí solos.

¿Cómo hacerlo? ¿Cómo ofrecer tiempo en cantidad y calidad a tu hijo?

Con un horario de trabajo de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.  ¿Cómo puedes garantizar que el cuidador que pones a cargo de tu hijo vaya en línea con tu pensamiento, expectativas y convicciones de qué es educar, cómo educar y para qué hacerlo?

Es cuestión de sintonización.

Para sintonizarte debes tener en cuenta las siguientes claves:

  • ACEPTAR y COMPRENDER la vida que tienes, que elegiste y estas construyendo, ya sea planeada, improvisada o llevada por la inercia. Saber con qué cuentas, con quién cuentas y ver que nadie más que tú, como madre o padre, eres responsable del camino que has recorrido como familia. Victimizarse y acusar a los cuidadores, al colegio, jardín y terapeutas es la primera salida, que te lleva a un punto de más ignorancia y soledad.
  • CONOCERTE y ACEPTARTE a ti como persona y a tu hijo como un ser independiente. Suena fácil, pero esta es la clave para poder DAR. Partir de dónde vienes, de lo que has hecho con tu propia vida, de tus características propias para distanciarte de la relación y ver objetivamente las necesidades tuyas y de tu hijo.

Una de las claves de la sintonización es darle a tu hijo lo que NECESITA y NO lo que quiere.

¿Cómo saber la diferencia?  Fácil, seguramente quieres que tu hijo sea feliz,

¿Felicidad es ser una persona dependiente, difícil de adaptar y con baja autoestima? Esas son las tres consecuencias de dar a nuestros hijos lo que quieren, sin saber lo que realmente necesitan.

  • DEJARLOS SER Permitirles frustrarse, llorar y caerse, para poder recogerlos, abrazarlos y apoyarlos. Permitirles aprender desde sus propias vivencias y no desde nuestras creencias. Dejarlos ser, implica abrir los ojos para observarlos y afinar el oído para escucharlos. No hablar tanto ni dar tanta cátedra. Dejarlos hacer sus hipótesis, comprobar sus teorías, permitirles pensar y repensar para tener criterio. A los niños no hay mucho que enseñarles hoy en día, todo está en la web, pero enseñarles a ser feliz no está en internet, ni los libros, ni en los colegios, ni en los demás. Está en la esencia de cada uno, permite que la descubran.

Sintonizarse es amarlos verdaderamente. Es no juzgarlos ni pretender «mejorarlos» o cambiarlos. Sintonizarse es respetarlos. Pero eso no se logra a distancia ni a través de otros, se logra disfrutando de su presencia, con el cariño de la constancia y con la paciencia del tiempo, mucho, MUCHO TIEMPO.

Esta información ha sido elaborada bajo las respectivas recomendaciones de Juanita Boada, Coach logoterapeutico, Consultora en Educación y conferencista en temas de Crianza y Educación.

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