Los hábitos y rutinas en los niños: Importancia y cómo establecerlos

Uno de los educadores más influyentes de la historia, Rudolf Dreikurs, afirmaba que «las rutinas diarias son para los niños lo que las paredes son para una casa, le dan fronteras y dimensión a la vida.»

Todos los seres humanos necesitamos hábitos para tener un ritmo de vida que nos permita lograr una calidad de vida, pero también para garantizar el bienestar colectivo. Por esto implementar rutinas desde la infancia es fundamental, ya que es en los primeros años donde se establecen las bases del aprendizaje, se adquieren conocimientos con mayor rapidez y la capacidad de adaptación conlleva menos esfuerzo.

Qué diferencia hay entre una rutina y un hábito

Estos son dos conceptos que van muy ligados entre sí. Una rutina se entiende como una secuencia de actividades que se repiten en el mismo orden, con la misma frecuencia, de manera sistemática día a día. Un hábito es el aprendizaje, se ha interiorizado y adoptado como una costumbre, sin que represente un esfuerzo de recordación, es decir se realiza casi de manera automática porque el cerebro ya está programado para realizar dicha secuencia de actividades.

En pocas palabras, un hábito es el resultado de tener una rutina. Es un aprendizaje adquirido.

La importancia de las rutinas y los hábitos en los niños

Las rutinas ayudan a forjar el carácter de los niños, a afianzar sus emociones y favorecen el aprendizaje y adquisición de nuevas habilidades.

Aquí algunos beneficios de implementar rutinas en la infancia:

  • Aportan seguridad y confianza

Así como para los adultos la incertidumbre es una sensación incómoda y desagradable, para los niños lo es en mayor medida. Un bebé o un niño necesita saber qué sigue después de… cuál será la próxima actividad, cual es el momento del día que se destina para realizar determinada tarea, o quién es la persona quien le acompaña durante esas actividades. Conocer esto de antemano le ofrece mucha paz y tranquilidad.

 

  • Mayor descubrimiento y aprendizaje

Si un niño se siente seguro, sentirá mayor libertad de explorar lo que le rodea, además, el descubrimiento favorece al desarrollo cognitivo, ya que los niños, a través de la exploración, son capaces de desarrollar sus habilidades y destrezas.

  • Valores y personalidad

Cuando una rutina se ha convertido en hábito, quiere decir que el niño ha aprendido a cumplir con determinada responsabilidad, por ejemplo, cepillar sus dientes después de comer o dejar sus juguetes ordenados. Además, incentivan un carácter firme al tener organizado en su mente su ritmo de vida y sus relaciones con las otras personas.

  • Armonía familiar

En todo hogar se necesitan normas, aunque estas pueden variar en función de las preferencias familiares, lo ideal es que, para mantener la armonía familiar y un ambiente agradable en cuanto a la convivencia, todos cooperen de manera individual con los quehaceres o deberes establecidos, lo cuál se adquiere mediante la implementación de rutinas.

Desde cuándo y cómo establecer rutinas en la infancia

Las rutinas son importantes desde el nacimiento. En un principio, los recién nacidos están adaptándose a una nueva vida fuera del vientre de mamá y sus ciclos de sueño y horarios de alimentación son irregulares; no obstante, a partir del primer mes se pueden establecer rutinas básicas. Como la hora del baño, la hora de bajar las luces en la noche para el descanso nocturno, etc.

En los 6 primeros meses las rutinas se enfocan, esencialmente, en la satisfacción de las necesidades básicas, alimentación, sueno y aseo personal. A partir de esta edad se incluyen actividades como el juego y el tiempo interactivo con mamá o papá. Para esto es necesario establecer cierto horario y crear un ambiente acorde a la actividad, por ejemplo, la hora de actividad es el momento de mayor iluminación y ruido, contrario a la hora cercana del descanso nocturno familiar.

Para niños en los primeros años se deben implementar tareas sencillas y concretas, por ejemplo, después de jugar, ordenar el lugar, dejar la ropa sucia en determinado espacio o lavarse las manos siempre antes de sentarse a la mesa.

Consejos sobre la implementación de hábitos y rutinas

Todos los niños nacen fisiológica y cognitivamente inmaduros, por lo que es deber de mamá, papá y cuidadores favorecer su desarrollo a través del establecimiento de hábitos que propicien su bienestar. Sin embargo, es importante sentar expectativas realistas, pues muchos padres idealizan la crianza y terminan forzando conductas antinaturales. Por ejemplo, no podemos pretender que un niño de 8 meses adquiera el hábito de cepillar sus dientes después de comer, o un niño de un año ordene sus juguetes después de jugar.

Se deben respetar los ritmos de acuerdo a la etapa de desarrollo del niño, dar ejemplo y tener paciencia y mucho amor.

Esta información «Los hábitos y rutinas en los niños» ha sido elaborada bajo las respectivas recomendaciones de Marcela Alejo, terapeuta Ocupacional, egresada de la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, certificada en Educación Prenatal

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Marcela Alejo
Terapeuta ocupacional

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