Uno de los inconvenientes más comunes durante la lactancia materna tiene que ver con la percepción de la mamá de que no está produciendo suficiente leche para alimentar adecuadamente a su bebé.
Esta inquietud lleva a tomar la decisión de suplementar la alimentación del bebé con leches artificiales o recurrir a un destete precoz. Sin embargo, muchas veces esta percepción es errada, lo cual se debe a un desconocimiento y falta de información acerca de cómo se desarrolla el proceso de producción de leche materna.
Pese a ser un motivo muy común de frustración, lo cierto es que hasta el 95% de las mujeres tienen la capacidad de producir la cantidad de leche que su bebé necesita, por eso es importante entender primero a qué se debe esta percepción.
Senos blandos
Después del parto, aproximadamente unos tres días después del nacimiento, es normal sentir los senos algo hinchados debido a la subida de la leche. Semanas después, cuando la lactancia esté establecida, es normal que los senos se pongan más blandos, esto no significa que estés produciendo menos leche.
El cuerpo materno modifica el sistema de producción de leche con el fin optimizar el proceso. En las primeras semanas los senos almacenan leche, después de este periodo, las glándulas mamarias están permanentemente preparadas para fabricar alimento en el momento que el bebé la requiera. Es decir, se produce la leche directamente por la demanda del bebé.
El bebé quiere el pecho todo el tiempo
Puede que se deba a un brote de crecimiento, este, como su nombre lo indica, es un periodo de crecimiento donde el bebé necesita aumentar la producción de leche. Recuerda que la producción se regula por la demanda, así que el método del bebé será succionar de manera frecuente para lograr su objetivo.
Si tu bebé se muestra irritable y parece inconforme con la lactancia, ten paciencia, en unos días la frecuencia de las tomas se regulará.
El bebé pelea y parece inconforme con la lactancia
Esto se considera normal cuando se presentan los brotes de crecimiento.
Un mal agarre, una postura incómoda, o ciertos olores como el perfume o desodorante que usas también le puede incomodar.
Verifica todos estos factores y asegúrate de que el agarre sea adecuado para que la succión sea efectiva y se transfiera el alimento eficazmente.
El bebé llora mucho, aún después de alimentarlo
Los bebés tienen periodos de inestabilidad, querrán ser alimentados con más frecuencia o permanecer en brazos. Recuerda que los bebés lloran por muchas razones, no solo hambre. Identifica las señales y atiende oportunamente sus demandas.
Si identificas alguno de estos factores, es probable que el «inconveniente» no esté relacionado a una incapacidad de producir leche en la cantidad necesaria.
Si el bebé sube de peso adecuadamente y su popó es de color y consistencia normal, no debes preocuparte. Recuerda que si practicas lactancia materna exclusiva se considera normal que pase hasta una semana sin que el bebé presente deposiciones.
«Lactancia materna y producción de leche. Mitos comunes» ha sido elaborado bajo las respectivas recomendaciones de la Doctora Paula Solano Pediatra y asesora de lactancia.
DRA: PAULA SOLANO
INSTAGRAM: @drapaulasolanopediatra