Un gran índice de mujeres llega a la etapa de gestación sin contar con un peso adecuado, esto origina varias complicaciones tanto en la etapa de gestación como en el parto y la salud del bebé hasta varios años después de su nacimiento. Es importante garantizar una dieta adecuada y balanceada con porcentajes adecuados de macronutrientes, es decir, consumo de grasas saludables, hidratos de carbono y proteínas.
Además, resulta imprescindible tener en cuenta un adecuado consumo de micronutrientes o vitaminas, sobre los cuales hay que tener mayor atención ya que muchas veces no se alcanzan estos requerimientos mediante los alimentos, por lo que hay que recurrir a la suplementación.
Debido al trabajo extra del organismo de la mamá, las necesidades energéticas aumentan y estas deben suplirse mediante el consumo incrementado de calorías que aportan los diferentes alimentos.
El especialista será el encargado del porcentaje que se debe incrementar ya que esto depende de cada mujer, sin embargo, se recomienda que este incremento de calorías se lleve a cabo desde el segundo trimestre de la gestación, hacerlo de manera anticipada no se considera necesario y puede repercutir en una ganancia inadecuada de peso.
Además, debe ser regulado, calculando entre un 10 a 20% de calorías extras a partir del cuarto mes de embarazo, alcanzando el promedio un consumo de 2.500 calorías diarias, puede variar según el caso de cada mujer.
Son aquellos nutrientes que deben aportar la mayor parte de la energía metabólica, se categorizan en tres grandes grupos: proteínas, carbohidratos y grasas.
Una dieta balanceada debe contener alimentos que ofrezcan estas propiedades. Una distribución correcta de macronutrientes, de manera aproximada, debe ser entre un 55% de carbohidratos 25% de proteínas y 20% de grasas saludables.
Para cumplir con los requisitos diarios de proteínas se recomienda la ingesta de carnes, pescados bien cocidos y huevos.
Se recomiendan los del tipo complejo, como vegetales, legumbres, guisantes y frutas, y por el contrario evitar los carbohidratos simples como azucares, harinas refinadas y todo tipo de alimentos altamente procesados.
se debe tener especial cuidado con los aceites hidrogenados o grasas trans, como la margarina, la mantequilla o los aceites de cocina. Hay variedad de alimentos que pueden suplir este requerimiento de grasas saludables, entre ellos el aguacate, las semillas como la chía y las nueces.
Corresponden a nutrientes esenciales que se deben consumir en la cantidad justa a través de una dieta variada, rica en diferentes tipos de alimentos. En la gestación, estas necesidades nutricionales incrementan y por lo tanto, en muchos casos se requiere suplementación para cumplir con el requerimiento de micronutrientes diario. En especial nutrientes como el ácido fólico, el calcio, hierro y vitaminas de tipo A y C.
Muchos complementos multivitamínicos del mercado ofrecen productos que contienen varios de estos micronutrientes necesarios, por lo tanto, lo que se busca es llegar al requerimiento diario de cada uno para evitar que se presenten problemas en el desarrollo fetal.
Cabe aclarar que el mayor aporte de estas vitaminas debe provenir de los alimentos consumidos mediante una dieta regular y balanceada, incluyendo comidas variadas y alimentos de origen natural, sin embargo, el especialista determinará en qué caso este consumo no alcanza el requerimiento ideal y recetará suplementos extra para satisfacer estas necesidades. En la etapa del embarazo e incluso antes de la concepción suele ser recomendada la suplementación con ácido fólico consumiendo entre 400 y 600 gr diarios, la suplementación con hierro y calcio también suele tener gran relevancia en esta etapa.
«CÓMO LLEVAR UNA ADECUADA NUTRICIÓN EN EL EMBARAZO» ha sido elaborado bajo las respectivas recomendaciones de la Doctora Yira Torres, Pediatra.