La preeclampsia es la principal y más frecuente causa de complicaciones durante el embarazo y la principal causa de mortalidad materna y fetal. Consiste en una alteración que se presenta específicamente en mujeres etapa de gestación a partir de la semana 20 de embarazo y puede ir hasta la semana seis después del parto. Y aunque tiene que ver con una presión arterial alta, no significa necesariamente que una mujer hipertensa en el embarazo o con antecedentes de la misma, sufra de preeclampsia.
Es la presión arterial alta acompañada de signos de daño hepático y/o renal, lo cual se manifiesta en niveles excesivos de proteína en la orina (proteinuria). Por lo tanto, hablamos de preeclampsia cuando además de la presión arterial elevada, se presentan complicaciones adicionales, afectando a órganos de la mamá como los riñones, el hígado, el cerebro y tejidos como la sangre.
Como se menciona, es una de las complicaciones más comunes en el embarazo, se estima que se presenta entre el 7 y 10% de las gestaciones y se manifiesta en mayor medida durante el segundo o tercer trimestre. Debe diagnosticarse rápidamente para hacer un debido tratamiento ya que en caso de agravarse puede tener serias consecuencias para el feto y la mamá.
Aun no se han logrado establecer las causas exactas que desencadenan la preeclampsia, sin embargo, se cree que su origen se relaciona a alteraciones en las arterias que llevan el flujo de sangre hacia la placenta.
Estos son algunos de los factores de riesgo anteriores al embarazo:
Durante el embarazo también hay factores que hacen más susceptible a la mujer a desarrollar una preeclampsia:
Ante una preeclampsia leve o inicial la mujer no presenta síntomas notorios, por eso es importante asistir con la respectiva periodicidad a los controles prenatales, en donde el especialista evaluará si existe el riesgo de sufrir preeclampsia o esta se encuentra en una fase inicial.
Una preeclampsia avanzada puede desencadenar síntomas como:
El único tratamiento para la preeclampsia es el parto. No obstante, dependiendo del nivel de complicación de la enfermedad, el especialista determinará el tipo de tratamiento para sobrellevar la enfermedad y poder dejar al bebé dentro del vientre todo el tiempo posible hasta que haya madurado lo suficiente.
Como método de prevención, cuando existen factores de riesgo, se suele prescribir el consumo de aspirina en dosis diarias bajas o suplementos altos en calcio, lo cual podría disminuir el riesgo de complicación por preeclampsia en caso de que se encuentren bajos los niveles de esta vitamina.
Es importante no automedicarse y en lo posible, desde el periodo de preconcepción prepararse para la gestación. Un peso saludable, una dieta balanceada y un estilo de vida activo disminuirán sustancialmente el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
«Preeclampsia: prevención y tratamiento» ha sido elaborado bajo las respectivas recomendaciones del Doctor Jaime Olivos, Ginecólogo y Obstetra.