La rinitis es uno de los tipos de alergias más comunes, se calcula que hasta el 25% de la población mundial sufre esta afectación. Se trata de una enfermedad crónica que irrita principalmente la nariz, inflamando las mucosas y estructuras cercanas, se manifiesta cuando ciertas sustancias son inhaladas por una persona alérgica.
Si bien puede presentarse en cualquier momento de la vida, es común que se manifieste desde la infancia. El factor genético está muy relacionado a este tipo de alergia. En el caso de los bebés, si los padres sufren de rinitis alérgica, es probable que el niño la desarrolle.
Los alérgenos más comunes que provocan rinitis son el polen, los ácaros del polvo, el moho y la caspa de algunos animales.
Pese a que no es muy común que se presente desde edad temprana, algunos bebés desarrollan síntomas como estornudos frecuentes, picor en la nariz, congestión y secreción nasal, lagrimeo y picazón en los ojos.
Los niños que presentan rinitis alérgica son especialmente vulnerables a infecciones en los oídos. Si bien esta alergia no suele causar complicaciones más graves, una alargada exposición a los agentes alérgenos que la provocan puede desencadenar en una sinusitis.
Cabe recalcar que siempre es importante un diagnóstico médico para detectar y dar tratamiento a la alergia. Lo principal para evitar que se presenten los síntomas es evitar los agentes alérgenos que causan esta irritación, para esto se recomienda:
El especialista indicará tratamiento especial en caso de considerarlo necesario. Es común que se receten medicamentos antihistamínicos o inhaladores nasales antiinflamatorios con corticoides y antileucotrienos. Pero estos siempre deben ser indicados por un médico profesional que avale su uso según la edad y condiciones del niño que padece la alergia.